Cappa: “El fútbol era distinto hasta que el negocio se apropió”

Por Gonzalo Pernicone
Las décadas avanzaron, la tecnología creció, y el capitalismo y consumismo se adueñaron de la pelota, de los valores, de los códigos. El fútbol era otra cosa. El fútbol era potrero, era pasión. El ex entrenador, Ángel Cappa, y su hija periodista, María Cappa, investigaron sobre el gran negocio que se vive hoy en día en el mundo de la redonda y, en ETER presentaron el libro: “También nos roban el fútbol”.

El ex entrenador de Huracán, River y Racing, entre otros, tuvo su columna de opinión, fundada con datos y vivencias desde adentro, para contar cuánto influyó el dinero en el fútbol. Para ello recordó:
“En el Mundial de 1950, en Brasil, la final era entre el local y Uruguay. La selección Verde-Amarela iba ganando 1-0, La Celeste lo empata, pero con la igualdad Brasil era el campeón. Y faltando unos pocos minutos, por la derecha, Ghiggia mete un gol con muy poco ángulo y pone el 2-1 definitivo para que Uruguay salga campeón. Pero la particularidad fue que cuando estaban festejando el segundo gol, se acerca Schiaffino a Ghiggia y le dice: `¿Por qué no me diste la pelota a mi si estaba solo para hacer el gol?´. Eso fue lo increíble, porque en el medio del festejo un jugador le reclamó por lo que era la mejor jugada y no correr riesgos de errar el gol. Eso era el concepto del `fútbol´ hasta que el negocio se apropió”. Sin pudor, remarcó e hizo el contraste con el fútbol de hoy en día: “El de ahora se puede entender por una frase `Hay que ganar como sea´, no importa cómo, es ganar o ganar, porque lo único que respeta la sociedad es el triunfo”

¿Por qué sucedió esto?
Porque el fútbol recibió los valores del capitalismo, que es el beneficio rápido.

Dijiste que el “ganar como sea” le sacó la esencia al fútbol, pero el resultadismo es lo que más influye hoy en día y no se pueden tener proyectos a largos plazos. ¿Cómo vas contra esto?
La sociedad fue llevándolo a que sea así. Por eso no hay proyectos y no hay tiempo para poder armar un período a largo plazo. Eso influye en los entrenadores que terminan poniendo ocho defensores y cada domingo se preguntan si van a seguir en el cargo. Hoy en día no se puede ir contra esto, pero cada uno tiene que aportar lo suyo para que se pueda cambiar.

Citando el título del libro, ¿hay fe y confianza en la nueva dirigencia del fútbol argentino?
La nueva dirigencia del fútbol argentino, es igual que la vieja dirigencia del fútbol argentino. Es un desastre. En España cuando me preguntan sobre la dirigencia de mi país les digo que en una votación para presidente tendrían que haber sido 75 votos, y el recuento salió 38-38. Ahí se vio la gran corrupción que hay, porque los votantes estaban comprados y el sector perdedor hizo trampa para que no fuese así.

María Cappa fue la encargada de la parte de recolectar información y tuvo como objetivo mostrar cómo había cambiado el fútbol a partir de la privatización, o de la intromisión del negocio. A pesar de escribir sobre un tema tan delicado como la corrupción, María aclaró: “Este libro está avalado por documentos, y aunque haya nombrado a empresas como Media Pro, TV Azteca, Televisa y Fox, o haya puesto páginas completas con los implicados con la FIFA o con la Conmebol, nunca tuve ninguna presión o apriete”.

Ángel Cappa es un ex jugador de Villa Mitre y Olimpo, ambos de Bahía Blanca, y fue ayudante de campo en Barcelona y Real Madrid, con César Luis Menotti y con Jorge Valdano, respectivamente. Además posee la licenciatura en filosofía y psicopedagogía. Junto a la hija, que tiene acento español, por su residencia allí, y una maestría en teatro y artes escénicas, también hablaron de aquel Huracán del 2009 que estuvo a un partido de ser campeón.

“El Huracán del 2009 me emocionó. Toda mi vida estuve buscando un equipo que jugase así. No fue ni mejor ni peor que los equipos que entrené, fue el que más me gustó a mí. Tuve un equipo que jugaba como me gusta que jueguen mis equipos”, contó, entre sonrisas, el ex entrenador de 70 años.

¿El legado de ese Huracán hubiese sido distinto si se ganaba el campeonato?
No, a pesar del resultado ese legado no cambió, ni cambiará. Claro está que el objetivo era ser campeón y dolió haber perdido ese partido frente a Vélez. Pero dolió mucho más porque fue un robo, fue un acto corrupto. No hay ni un sólo día de mi vida que no piense en ese partido. Nunca hubiese preferido ganar como sea aquella final.

Entonces, ¿qué importancia le das al triunfo? (Antes de la respuesta de Ángel Cappa, irrumpió María, su hija, y sentenció: “Pasaron ocho años y todavía se sigue hablando de ese equipo y de esa final. Por algo fue”)
El resultado es lo más importante del fútbol, pero no es lo único importante. Es el gran objetivo porque uno juega para ganar, y el resultado es una excusa maravillosa para jugar, que es lo que más nos gusta. Hay una frase de Galeano que es hermosa: “No se juega para ganar, se juega para jugar. En todo caso, el triunfo, es una recompensa”.

@GonzaPernicone