Los medios y la libertad de expresión

Por Evelyn Rey
Eduardo Blanco es editor en Revista Barcelona y visitó a los estudiantes de tercer año de Periodismo en la clase de Ética. El eje de la charla fue el estado judicial de la demanda que inició Cecilia Pando, conocida defensora de genocidas condenados por delitos de lesa humanidad, debido a una contratapa que el medio publicó en 2010 donde su cara fue montada sobre un cuerpo de mujer encadenado.

Según Eduardo Blanco si se confirma el fallo de segunda instancia, donde la revista debe pagar $70.000 a Pando, desaparecería la esencia satírica del medio y marcaría el cierre del mismo. “A partir del siguiente número que podríamos sacar ¿Lo haríamos libremente? ¿O pensaríamos en si nos hacen juicios? Así se acaba la posibilidad de hacer un medio como Barcelona”, dijo Blanco a los estudiantes.

Los argumentos utilizados por los jueces Patricia Barbieri, Osvaldo Onofre Álvarez y Ana María Brilla de Serrat para ratificar la sentencia tampoco escapan a la polémica. “La Cámara de Apelaciones decidió que Pando era una figura pública y aun así falló a su favor”, aportó el periodista al debate.

La candidatura de Cecilia Pando a diputada nacional en los noventa, las intervenciones mediáticas con su organización Memoria Completa y 11 argumentos más fueron presentados por parte de Barcelona para demostrar su inocencia.

El equipo periodístico continúa su trabajo y su editor asegura que no hay temas vedados. Aunque, una consulta con el abogado a cargo de la causa sobre cómo abordar las apariciones públicas de la presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de Argentina nunca están de más, comentó el invitado.

En 14 años de trayectoria la publicación no recibió denuncias por el contenido de las notas. “Los personajes caricaturizados por lo general entendieron el humor sarcástico -aseguró Eduardo Blanco y redobló la apuesta- nos divierte y vamos a seguir haciéndolo”.



Revista Barcelona tuvo su germen en un grupo de amigos y periodistas influenciados por publicaciones como Humor o The Onion –sólo por nombrar a algunas- y hoy se planta como un emblema de la sátira y la exageración del “gran diario argentino”. Mientras tanto, espera un fallo contrario a los de las instancias anteriores.

Con el estado actual de la causa se abren, al menos, dos interrogantes aún sin respuesta: Si las responsabilidades ulteriores a las que debe atenerse un medio ponen en peligro su continuidad ¿Las mismas no son una medida disciplinadora? Y por otro lado, si Cecilia Pando fue considerada una figura pública ¿Por qué la condena no sólo fue ratificada sino aumentada de $40.000 a $70.000?

El caso espera la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Los y las periodistas de la revista, que se siente jurisprudencia a favor de la libertad de expresión.

Evelyn Rey