La violencia es política

Por Diana Agustina Fernández
Pedro Brieger hizo honor a su especialidad en política internacional y dio una clase magistral de Geopolítica a los estudiantes de 2° año de Periodismo de ETER.

De
Buenos Aires a Bagdad —o a cualquier ciudad de Medio Oriente— hay alrededor de 13.000 kilómetros de distancia. Pero la lejanía no sólo es geográfica, sino también política, social y cultural. Aun así, a través de la palabra, un poco de historia y de los conceptos correctos, se pueden acercar y comprender hasta los mundos más distantes.

A
Brieger le gusta tender paralelismos para aproximarse a formas de pensar que son ajenas: "Levanten la mano los que estudiaron primaria y secundaria en democracia", indaga, la mayoría de los brazos se alzan y continúa: “Ustedes fueron formateados, en el buen sentido de la palabra, con derechos democráticos y esto condiciona su forma de actuar”.

Una vez situados los estudiantes como sujetos de la historia, el sociólogo y periodista disparó que si se tiene en cuenta que el
Medio Oriente está condicionado por siglos de Imperio Otomano, monarquías, regímenes autoritarios, golpes de Estado y por casi nulas experiencias democráticas, se puede deducir que “la violencia es parte de esa sociedad”. “Como periodistas, implica un esfuerzo superior en tratar de entender por qué se comportan de tal manera y no pensar que son todos diablos que nos quieren masacrar”, haciendo referencia a los prejuicios que usualmente caen sobre los musulmanes.

Los distintos pueblos del mundo árabe tienen muchas cosas en común. En primer lugar, los une el idioma; en segundo lugar, que el Islam es la religión mayoritaria; y además, que tienen una historia en común marcada por la división artificial del territorio que hicieron los británicos y los franceses hace 100 años, durante la primera Guerra Mundial. A raíz de estos y otros factores, surge el deseo político de conformar un Estado Islámico: Daulat Islamia, en árabe, o también ISIS, por su sigla en inglés Islamic State of Iraq and Sham.

El director del portal de noticias
Nodal contó que la página oficial de Reino Unido dice que su objetivo es “destruir al ISIS”. “Por lo tanto, esto quiere decir que están en guerra y del otro lado van a responder. Lo que pretenden los británicos y los norteamericanos es hacer una guerra sin que el otro lado responda. O sea, abofetean y cuando el otro reacciona, levantan la mano y dicen: ‘¡Asesinos, asesinos!’”, analiza y agrega: “El terrorismo es el arma de los débiles”.

Brieger construye otro puente:

"Si hago una encuesta y pregunto si está bien matar, seguramente el 99% de los que están acá diría que está mal. Pero si los pongo en circunstancias extremas, en una situación límite, y tienen que recurrir a la violencia para defenderse, probablemente la mayoría responda que sí. Con ellos pasa exactamente lo mismo. En contextos absolutamente pacíficos, son pacíficos. En contextos violentos, son violentos".

Su análisis continúa y se profundiza:

"Para comprender por qué alguien es capaz de poner una bomba en Manchester o en algún otro lugar hay que conocer la historia, porque si no, creés que son locos sueltos. No son locos sueltos, son tipos que piensan racionalmente lo que hacen. La violencia de los grupos islámicos hay que verla siempre como violencia política. La violencia es política".

Es mucho lo que hay que leer y estudiar para sumergirse más hondo en ese mundo, pero
Brieger se acercó a ETER con un objetivo claro: que los estudiantes sepan que si bien son identidades difíciles de comprender, para la profesión del periodista “estas cuestiones son muy importantes y al momento de escribir, dar un informativo, hablar en televisión, en radio hay que ser extremadamente cautelosos”.

El tiempo se sintió corto y a pesar de que eran las 22:30 de un lunes invernal, los estudiantes se quedaron con ganas de seguir escuchando. Es el caso de 
un estudiante que dijo: “Me hubiera gustado que dure más. Es muy interesante la forma que tiene de explicar, logra con estos temas complicados que uno se meta y lo entienda. Nos abrió la cabeza”. Y quizás también, ahora a los estudiantes les quede un poco más cerca Bagdad.

Diana Agustina Fernández